Escala de valoración de la dependencia en las Actividades de la Vida Diaria: Índice de Katz
Apellidos y Nombre:
Fecha:
Paciente dependiente total: 6 puntos
Paciente dependiente total: 0 puntos
Autónomo: 100 Cronología:
Dependencia parcial: 61-99 I: Independiente
Dependencia moderada: 41-60 A: Aguda; menos de un mes.
Dependencia grave: 21-40 S: Subaguda: 1-6 meses.
Dependencia total: 0-20 C: >6 meses.
Los cuidados que se tiene que prestar a estos tipos de pacientes están en relación con el tipo de dependencia que posean.
Se debe ayudar a las personas que tengan una independencia parcial en la realización de una o varias actividades o funciones. Pero haciendo más hincapié en fomentar y estimular a la persona para que poco a poco vaya recuperando la dependencia si es posible de las funciones que han perdido.
A veces la pérdida de estas funciones no puede ser recuperable ya que se producen de forma irreversible como consecuencia de múltiples patologías o por el propio proceso de envejecer. En este caso se tendrá que suplir los cuidados, intentando que el paciente pueda colaborar en todo lo posible y que se siga sintiendo útil.
Cuando el organismo se altera, el individuo percibe cambios y los interpreta como enfermedad, suponiendo un impacto para él, que ha de adaptarse a su nueva condición.
Toda enfermedad, representa una situación crítica, muchas de ellas discapacitantes, lo que provoca un estado de dependencia, de riesgo, de temor al fallecimiento a la soledad etc., todo ello conlleva a trastornos del humor y puede ser causante de síndromes depresivos, etc.
Angustia: Problema frecuente, el individuo profundiza en su enfermedad, quiere llegar al último recoveco y nada más que la angustia para conducirlo. El hombre deja entonces de estar distraído con lo cotidiano, para preguntarse por él mismo, por el sentido de la vida y por esa serie de interrogantes que laten a su alrededor y que necesitan respuesta.
Puede distinguirse la ansiedad como sentimiento de incomodidad (miedo, aprensión, nerviosismo etc.) ante algo evidente, objetivo y palpable.
Negación: Entre los numerosos mecanismos de nuestra personalidad que defiende su integridad frente a los acontecimientos, uno de los más primitivos es la negación. El enfermo enflaquecido, no se ve tal cual es. Guarda de si mismo una imagen halagüeña aunque caduca y tiende a negar ciertos aspectos de su situación real, así como la posibilidad de la muerte (que lógicamente debería ser aceptada como una consecuencia posible de la enfermedad). Consiste en minimizar los síntomas, quitarles importancia e incluso negarlos.
Aceptación de la enfermedad: Suele coincidir con el establecimiento del diagnóstico de la misma. Cuando un individuo cae enfermo se modifica su situación: lo que a partir de ese momento se espera de él que se cuide. La sociedad le protegerá, pero en contrapartida, le colocará en una situación de dependencia. Las reacciones anómalas que pueden darse en una enfermedad son:
- Hipocondría: El enfermo dedica toda su preocupación a la enfermedad, exagera su importancia, imaginando, incluso sintiendo síntomas inexistentes. Es propio de personalidades egocéntristas y narcisistas, que utilizan la enfermedad como centro de atención.
- Depresión: Es frecuente en enfermedades de larga duración o crónicas que requieren hospitalizaciones largas. El enfermo pierde el apetito, está triste, no tiene interés, etc. Precisa y es importante el apoyo de su entorno.
- Reivindicación: Aparentar una enfermedad que realmente no existe, se manifiesta generalmente cuando por el origen de la enfermedad o por sus consecuencias pueden derivarse compensaciones socioeconómicas.
- Proyección: Es típica de personalidades paranoicas. El paciente hace responsable al médico de su lenta enfermedad, utilizando elementos agresivos no reales, pero de los cuales él está convencido.
El paciente, inseguro a su ingreso, pide fundamentalmente ser acogido, escuchado y comprendido, la relación terapéutica con el paciente va mas allá de la “rutina “en aplicación de técnicas y conocimientos. Debe establecer una relación cálida y de seguridad que transmita una sensible empatía hacia los sentimientos del paciente, asegurándole sus necesidades.
Ante la necesidad de seguridad
Sufrir una enfermedad, es una situación de temor y ansiedad ante lo desconocido y a convertirse en un número perdiendo su identidad.
La metodología a seguir, es ofrecer una explicación correcta y adecuada, para así establecer una seguridad y consecuentemente se produce una tranquilidad y se enriquece la relación personal.
Ante la necesidad de autoestima
La enfermedad representa una amenaza al auto estimación y al auto imagen de la persona. Hundido en un estado de dependencia al que no suele estar acostumbrado, el paciente no puede satisfacer sus necesidades humanas más básicas. Es de suma importancia para aumentar la auto estimación, el respeto a la intimidad y el pudor del enfermo.
El auxiliar de enfermería debe estar pendiente de las limitaciones físicas y ayudar al paciente para que no las rebase. Si el enfermo entiende la razón de las restricciones, colaborará gustosamente.
Mejorar la ansiedad
Es importante conocer el mensaje que nos trasmite el paciente, tanto verbal como no verbal (gesticulaciones, miradas etc.), debemos permitirle que exprese sus temores o dudas y dar respuestas honestas a sus preguntas, escuchándole en “actitud activa “ que significa no sólo oír, sino escuchar utilizando todos los sentidos.
Atender las necesidades ambientales
El auxiliar de enfermería puede contribuir a mejorar el ambiente del paciente suprimiendo estímulos desagradables (ruidos desagradables, luces brillantes etc.) El interés por la seguridad del paciente se puede demostrar por acciones tan simples como brindando explicaciones apropiadas en cada situación.
Ante la necesidad de sentirse apreciado como persona
La sensibilidad está aumentada en una persona hospitalizada. Se puede expresar interés por el paciente de diferentes maneras, por ejemplo tocándolo con delicadeza, escuchándolo con atención. Antes de que un enfermo se acepte a sí mismo, debe sentir la aceptación de los demás.