Unidad didáctica 3. Desinfectantes y antisépticos.

Unidad didáctica 3. Desinfectantes y antisépticos.

Para entender todos los aspectos relacionados con la higiene en el medio sanitario, es muy importante tener claro el significado de una serie de términos, que, con mucha frecuencia, en el lenguaje coloquial, son utilizados erróneamente. En este apartado vamos a familiarizarnos con ellos, y desarrollaremos algunos en detalle.

Concepto de infección.

Denominamos infección a la penetración en un organismo humano (huésped) de un microorganismo o agente infeccioso. En general se reserva el nombre de infección para el caso de microorganismos y el de infestación para el caso de parásitos más estructurados.

En la actualidad se utiliza con mayor frecuencia el término enfermedad trasmisible frente al de enfermedad infecciosa. Cuando existe la presencia constante de una enfermedad transmisible en una zona geográfica, se denomina endemia. Cuando el número de casos excede claramente la frecuencia prevista se llama epidemia, y, en el caso de que una epidemia traspase las fronteras de un país se conoce como pandemia.

Los agentes infecciosos (causal o etiológico) son los microorganismos, y, están en cualquier parte del medio ambiente: piel, suelo, aire, agua, etc.

Se clasifican en:

Bacterias: Cocos (que agrupados forman cadenas de estreptococos o racimos de estafilococos), Bacilos, Cocobacilos, Vibrios, Espiroquetas,…

Hongos: de naturaleza vegetal.

Virus: que parasitan las células.

Protozoos: Son microorganismos de naturaleza animal. (amebas).

Metazoos. (helmintos).

No siempre que hay una infección se produce una enfermedad infecciosa, dado que el organismo dispone de mecanismos de defensa (sistema inmunológico) capaces de luchar contra el agente agresor. Cuando el agente infeccioso vence a estos mecanismos de defensa, aparecen signos y síntomas como fiebre, malestar general, erupciones cutáneas, etc.

Concepto de desinfección.

La desinfección es una técnica de saneamiento que tiene como objetivo destruir los gérmenes patógenos, impidiendo su propagación. Es un proceso de descontaminación que produce la muerte de la gran mayoría de los microorganismos, pero “se le escapan” las esporas.

La desinfección es una técnica de uso muy habitual en el medio hospitalario. Los Auxiliar deben conocer los métodos y recomendaciones generales de desinfección para poder ponerlos en práctica de forma eficaz, siguiendo estrictamente los protocolos vigentes en la institución sanitaria.

La desinfección incluye las técnicas que destruyen los microorganismos patógenos, actuando sobre personas, animales, el ambiente, las superficies de los edificios, las excretas y los objetos que los transportan. A veces, los microorganismos no pueden ser destruidos, pero, al menos, se reduce su crecimiento y actividad.

Si observamos, al concluir el proceso de limpieza y separar el material que tiene que ser esterilizado, nos daremos cuenta que el resto del material tiene que pasar por un proceso de desinfección, para poder considerar que son objetos seguros para su uso posterior.

Concepto de asepsia.

Es un conjunto de medidas y técnicas encaminadas a impedir la contaminación (la proliferación de microorganismos infecciosos), en el uso de los materiales, en el medio ambiente hospitalario, y, en los enfermos y personal sanitario.

Todas las precauciones y acciones que realizamos para conseguir la asepsia en el empleo del material estéril, son fundamentales para la protección contra la contaminación y disminuiremos el riesgo de infección.

Se dice que un objeto esta séptico cuando su superficie está contaminada o sucia (aunque aparentemente esté “limpio”). Un material está estéril o aséptico cuando se ha destruido cualquier forma de vida presente en su superficie, implica también que está desinfectado.

Con la asepsia impedimos que un objeto seguro se convierta en contaminado.

Concepto de antisepsia.

La antisepsia hace referencia al estado conseguido tras la aplicación de los antisépticos.

Consiste en utilizar productos químicos (desinfectantes) para intentar destruir los microorganismos contaminantes. En la práctica, es sinónimo de desinfección. Cuando un desinfectante se puede aplicar sobre un tejido vivo se llama antiséptico.

Desinfectantes y antisépticos: Mecanismos de acción de los desinfectantes.

Desinfectantes.

Son productos químicos capaces de destruir microorganismos patógenos existentes en las superficies de materiales o en la piel de los seres vivos.

Las características principales de un buen desinfectante son:

Alto poder desinfectante. Debe ser capaz de “matar” a los microorganismos.

Tiempo de actuación corto. Será mejor desinfectante el de acción más rápida.

Estabilidad. No debe sufrir alteraciones, ni modificar su poder al entrar en contacto con las superficies a desinfectar.

Alta solubilidad. Normalmente el fabricante recomienda diluir el desinfectante en agua o alcohol a una determinada concentración.

No ser tóxico ni irritante, para el usuario, ni corrosivo para el material y los tejidos.

Ser biodegradable. Para evitar la contaminación medioambiental.

Tener bajo coste, fácil conservación y un olor agradable.

NombreCaracterísticasObservaciones
Alcohol etílico 70º (etanol)Baja eficacia contra esporas y virus (desinfección de bajo y medio nivel)
Termómetros, fonendoscopios, tapones de viales, etc
Se evapora a temperatura ambiente
NO sirve para desinfección de instrumental quirúrgico
Puede dañar el cemento de los equipos ópticos
Hipoclorito de sodioAlta potencia pero no destruye todas las esporas (desinfección de alto nivel)
Acción rápida
Bajo coste
Desinfección de pavimentos, suelos, aparatos de diálisis, etc
Instables: se altera con la luz y el calor
Corrosivo para metales. Deteriora algunos plásticos y caucho
Irritante para piel y mucosas
La ingestión provoca graves lesiones en el tubo digestivo (quemadura cáustica)
Peróxido de hidrógeno (al 10-25%)Desinfección de bajo y medio nivel
Equipos de endoscopias, lentes oculares, etc
No deja residuos tóxicos
No corrosivo
Bajo coste
Se desactiva rápidamente porque se descompone en agua y oxígeno
FenolDesinfección de medio y bajo nivel
Desinfección de superficies (suelos y paredes)
Olor desagradable y penetrante
Se inactiva con la luz (recipiente opaco)
Nunca usar para desinfectar incubadoras (emite vapores tóxicos)
FormaldehídoDesinfección de medio y bajo nivel
Acción lenta (12 horas)
Alta toxicidad por inhalación, contacto o ingestión
Emite vapores irritantes para mucosa ocular y respiratoria
Usar guantes, mascarilla y pantalla ocular en su manipulación
NO apropiado para instrumental metálico
GlutaraldehídoDesinfección de algo nivel
Acción muy rápida y alta eficacia
Instrumental semicrítico, endoscopios de fibra óptica, etc
No deteriora metales, ópticas, plásticos ni caucho (gomas)
No altera los filos ni las puntas del instrumental
Se puede utilizar asociado con fenal
Tóxico por contacto o inhalación (mascarillas, gafas, guantes, etc)
la cubeta con la solución debe tener tapa porque emite vapores. La sala donde se desinfecte con buena ventilación
El material desinfectado tiene que ser muy bien aclarado para que no queden restos del desinfectante.

 

Como no existe un desinfectante ideal, la tendencia de las industrias fabricantes es asociar dos o más desinfectantes para obtener un producto, que, sumando sus ventajas, y, sin aumentar los inconvenientes, sea capaz de actuar de forma enérgica, rápida y eficaz.

Se dice que un buen desinfectante es aquel que tiene amplio espectro, no tóxico ni corrosivo, es de bajo costo, olor agradable, biodegradable y se puede usar diluido en agua o alcohol. Pueden ser bactericidas (matar) o bacteriostáticos (inhibir el crecimiento) de las bacterias.

Un material desinfectado no está esterilizado; la desinfección no elimina todos los microorganismos y sus formas de resistencia (esporas).

Puede sorprendernos que un mismo producto pueda actuar como desinfectante de objetos y como desinfectante de tejidos vivos (antiséptico). Esto es así porque depende de la concentración en la que se prepare.

Antisépticos.

Son productos químicos que impiden o retardan la proliferación de gérmenes y se emplean generalmente sobre la superficie del cuerpo humano (piel y mucosas). Se caracterizan por su escasa o nula acción tóxica e irritante. La asepsia es un conjunto de técnicas y el antiséptico es un tipo de desinfectante.

A continuación exponemos un cuadro con los antisépticos más comunes, como: Betadine® = Povidona yodada / Lejía = Hipoclorito de sodio / Agua oxigenada = Peróxido de hidrógeno / Hibitane® = Clorhexidina /Formol = Formaldehído / Istrunet esporicida® = Asociación de fenoles.

NombreCaracterísticasObservaciones
Alcohol etílico 70º (etanol)Antisepsia cutánea (inyecciones, extracción sanguínea, antisepsia de manos, cura del cordón umbilical, etc)NO utilizar sobre heridas abiertas
La aplicación constante sobre piel intacta provoca irritación y sequedad
Povidona yodadaAntisepsia de piel y mucosas (preparación de la piel previa a la intervención quirúrgica, tratamiento de infecciones bucales y vaginales, etc)La aplicación continua puede originar reacciones alérgicas
NO usar en quemaduras porque se absorbe mucho yodo (tóxico)
Es corrosivo para el material ¡NUNCA UTILIZAR COMO DESINFECTANTE!
Se desactiva con la luz (recipiente opaco)
Peróxido de hidrógeno (al 3-6%)Antisepsia de heridasSe inactiva rápidamente porque se descompone en agua y oxígeno
Hexaclorofeno 3% (derivado del fenol)Se encuentra en jabones antisépticos para el lavado de manosNO aplicar en mucosas, heridas, quemaduras o áreas extensas del cuerpo
Nunca aplicar en recién nacidos
ClorhexidinaBaja toxicidad
Antiséptico de elección para la piel y mucosas cuando existe alergia a la povidona yodada
¡NO USAR EN LA DESINFECCIÓN DE INSTRUMENTAL PORQUE LO DETERIORA!
Antes de aplicar sobre la piel lavarla bien para quitar los restos de jabón. El jabón inactiva la clorhexidina
Se inactiva con la luz y el calor (recipiente opaco)
Como antiséptico bucal usado durante mucho tiempo provoca cambios permanentes en la coloración dental
La ropa manchada con clorhexidina y lavada posteriormente con lejia deja manchas indelebles.

 

Mecanismos de acción de los desinfectantes.

Como sabemos, la desinfección es una técnica de descontaminación que destruye la gran mayoría de microorganismos, pero no es capaz de destruir a las esporas. Debemos conocer los métodos y recomendaciones generales de desinfección para poder ponerlos en práctica de forma eficaz.

La acción de los desinfectantes es muy simple: matan o impiden que se reproduzcan los microorganismos, y, como éstos, sólo son capaces de vivir poco tiempo, con unos cuantos minutos de exposición al desinfectante bastará para acabar con la mayoría de ellos.

Existen muchos mecanismos de acción porque hay muchos tipos de desinfectantes, pero siempre harán una o varias de las siguientes acciones:

Alterar los mecanismos de transporte de las membranas (indispensables para el correcto funcionamiento de las células) de los microorganismos, si no funcionan sus mecanismos de transporte no pueden vivir.

Alterar las proteínas que forman parte de la estructura del microorganismo. Al alterarse la estructura ya no son capaces de realizar la función que llevaban a cabo así que afectará directamente a la supervivencia del microorganismo.

Alterar la formación de copias de ácidos nucleicos para poder reproducirse.

Según la técnica que se utilice, podemos distinguir varios tipos de desinfección:

Inmersión: Consiste en introducir instrumentos en una solución desinfectante durante cierto tiempo.

Loción: Se empapan las bayetas en una solución y luego se utilizan para fregar.

Vaporización y fumigación: Se trata de producir vapores o gases capaces de impregnar el aire y las superficies.

Brumas o aerosoles: Se forma un aerosol de gotas microscópicas que por su escaso peso permanecen cierto tiempo en suspensión en el aire atmosférico.

auxiliar

Pulverización: Formación de gotas de mayor tamaño que en el caso anterior. Por su peso caen rápidamente.

Los desinfectantes no penetran sino que actúan por contacto. Para que un desinfectante pueda ejercer su acción sobre una superficie tiene que entrar en contacto con ella. Si hay una mancha de suciedad no podrá hacerlo porque es incapaz de atravesar el espesor de la mancha.

Métodos de limpieza y desinfección del material e instrumental sanitario

Limpiar es eliminar suciedad, aunque el concepto de la limpieza y la finalidad con la que se realice no son lo mismo, ya que depende de la actividad a que se destine el material o lugar a limpiar.

Cuando hablamos del medio sanitario, la palabra limpieza es sinónima de higiene, lo que quiere decir que por medio de la limpieza se pretende romper lo mecanismos de transmisión de los gérmenes para evitar que se conviertan en peligrosos para la salud.

Los materiales usados en la realización de este procedimiento son agua y detergentes.

Los detergentes se caracterizan por tres propiedades básicas cuya combinación los hace efectivos. Estas propiedades son las siguientes:

Poder humectante. El agua por sí misma no moja bien, por lo que la primera finalidad del detergente es ayudar a que el agua moje, dando mayor poder de penetración a la solución.

Dispersión. Es la capacidad de los detergentes para romper una cantidad de suciedad compacta y reducirla a partículas muy finas.

Suspensión. Todo detergente debe tener capacidad de emulsionar la suciedad.

Métodos de limpieza del material e instrumental sanitario.

La limpieza del material es muy importante, ya que la mayor parte de los problemas infecciosos relacionados con el material, son debidos a deficiencias en el lavado. No puede haber una buena desinfección o esterilización sin una adecuada limpieza previa.

Por ello debemos considerar la limpieza del material con la seriedad y el rigor que requiere, para evitar “fallos” profundizaremos en este tema.

Técnicas de limpieza de material.

Se pueden distinguir dos grandes tipos de limpieza:

La limpieza en seco es aquella en la que no se utiliza detergente ni agua, se reduce a pasar un paño seco o una aspiradora. Únicamente la citamos para insistir en que en un centro sanitario nunca se debe limpiar en seco, ni el material, ni el mobiliario ni el suelo… etc.

La limpieza húmeda es la que se realiza en un medio húmedo, es decir con una solución de agua y detergente.

Técnicas de limpieza húmeda de material.

La limpieza manual se realiza con agua, detergente y cepillo o compresa quirúrgica. El cepillo será de cerdas sintéticas y el lavado se hará en zonas destinadas a ello. Si el material a limpiar se va a sumergir, conviene que las pilas o fregaderos sean de doble seno porque se facilitarán las labores de aclarado.

La limpieza mecánica es aquella que se lleva a cabo utilizando aparatos. Los más habituales son las máquinas lavadoras y los sistemas de ultrasonidos:

Máquinas lavadoras. Las más sencillas son parecidas a un lavavajillas. En su interior poseen bandejas en las que se colocan cestillos o soportes especiales con el material sucio. Se puede programar la temperatura, el flujo del agua, el tiempo de lavado… etc. Las grandes instituciones sanitarias pueden disponer de complejos túneles de lavado automatizados por los que va pasando el material para su limpieza.

La automatización permite que escogido un determinado programa de lavado siempre “se haga” de la misma manera. El material debe colocarse de forma holgada para que el agua con el detergente penetre en todas las superficies y, además, de este modo impediremos que se deteriore al golpear uno contra otro. Si el material tiene abundantes restos habrá que realizar un aclarado con chorro de agua fría antes de introducirlo en la máquina. Algunas máquinas lavadoras incluyen este paso y realizan un prelavado.

Lo fundamental es seguir las instrucciones del fabricante y los protocolos de la institución en la que trabajemos. Así sabremos qué detergente escoger, cuánta cantidad hay que poner, qué material se puede introducir y qué programa de lavado seleccionar en cada caso.

Sistemas de ultrasonidos. Estos sistemas son unos recipientes o cubetas de acero inoxidable. En las cubetas se pone agua con un líquido detergente que facilita la transmisión de los ultrasonidos. Se trata de un detergente especial que no produce espuma, ya que impediría que los ultrasonidos choquen con la superficie del material. El material a limpiar se coloca en cestillos que se introducen en la cubeta.

Es muy importante que una vez introducido el cestillo todo el material quede cubierto por el líquido, de lo contrario el material no sumergido no se limpiará. Además, no debemos amontonar unas piezas sobre otras porque se reducirá la eficacia de la limpieza. Si el material tiene abundantes restos orgánicos es conveniente realizar un aclarado previo poniendo el cestillo con el material bajo un chorro de agua fría.

Reglas a considerar siempre en la limpieza del material e instrumental.

El proceso de limpieza debe comenzar inmediatamente después de que el material haya sido utilizado.

Siempre se limpiará en una zona alejada de pacientes, del paso de personal y de almacenes de material estéril.

Hay que utilizar medidas de precaución en la limpieza manual para evitar los riesgos del personal manipulador (Auxiliar). Como mínimo nos pondremos guantes y un delantal o una bata. Si desconocemos la procedencia del material o sabemos a ciencia cierta que se utilizó en pacientes con infecciones tipo VIH (SIDA), hepatitis o tuberculosis nos pondremos doble guante, una mascarilla y pantalla de protección ocular. Ten en cuenta que durante el cepillado pueden crearse aerosoles que suspenden en el aire pequeñas gotitas de agua y detergente en las que pueden estar los microorganismos. Así que para no aspirarlas e impedir que contacten con nuestra piel y mucosas, lo mejor es protegerse.

Antes de cualquier manipulación el material debe ser clasificado en 3 grandes grupos:

El instrumental general. Se somete a un lavado por inmersión (manual o con lavadora).

El instrumental de microcirugía y fresas de odontología. Debe someterse a un lavado ultrasónico. Si no existe esta posibilidad porque no disponemos del sistema se realizará la limpieza manual por inmersión.

Material sensible no sumergible. Nos referimos a lentes, motores, equipos eléctricos y ópticos, cámaras… etc. que nunca pueden sumergirse en agua. En estos casos se utilizará una compresa quirúrgica humedecida en una solución de agua y detergente. La compresa se pasa por la superficie del material ejerciendo un arrastre unidireccional, es decir, siempre en el mismo sentido. El secado se hace con una compresa seca y también con movimientos unidireccionales.

Todo material articulado debe abrirse y se separarán las piezas del material fácilmente desmontable, tanto en la limpieza manual como en la mecánica.

Hay que utilizar el detergente adecuado para cada caso. Éste se elige en función del tipo de material a lavar y de las características de la suciedad que tiene.

Si el instrumental contiene abundantes restos orgánicos se debe lavar en frío.

Si el agua de la red de la localidad donde trabajamos es bastante dura (contiene muchos minerales), es recomendable que el enjuague o aclarado final se haga con agua desmineralizada. De este modo evitaremos que queden residuos sobre el instrumental. Dichos residuos no sólo provocan manchas en el material sino que además favorecen la oxidación y corrosión del mismo.

Después de la limpieza del material debe realizarse una inspección del mismo. Si no está visiblemente limpio habrá que volver a lavarlo. Si está roto o deteriorado se separará.

El material una vez inspeccionado se secará y lubricará.

En caso de que sea necesaria una posterior esterilización se preparará adecuadamente dependiendo de cada caso.

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